martes, 18 de diciembre de 2007

Remedios


Al parecer el mejor laboratorio farmacológico esta en nuestro interior. La respuesta más eficaz ante cualquier alteración de la salud, es la que da el propio cuerpo, bien a través de sus defensas, o de la manera en que conceptualiza la alteración.
Los mayores expertos en salud, defienden la teoría del hombre como conjunto; cuerpo, mente y espíritu, que deben permanecer en armonía para que la salud sea algo normal en el ser humano. Un desajuste en cualquiera de los estados puede provocar una alteración en la salud de la persona.
En una sociedad agnóstica, y pobre de espíritu es normal que se sucedan los acontecimientos que nos anuncian los noticiarios.
Cuando la idea, más que en las necesidades básicas, la ponemos en los caprichos, las aspiraciones materiales, y entramos en una dinámica de comparar y competir con todo lo que nos rodea, es normal que nuestra mente también se altere.
Y en lo físico, si no respetamos los horarios y hábitos naturales de nuestro cuerpo, y le contaminamos con la alimentación, la respiración, la pereza… debilitamos nuestras defensas y nuestra capacidad de adaptación.
En el curso de MTC, una compañera farmacéutica nos hizo un símil; Las defensas de que disponemos funcionan al modo de una batería como la que usan los teléfonos móviles. De manera que cuanto más medicamentos tomas, más baja el nivel de defensas que produce nuestro sistema inmune. No con ello, decía, haya que rechazar por sistema todo tipo de medicamentos, pero sí tomarlos solamente cuando sea necesario, ya que se fabrican con un fin muy especifico para situaciones muy específicas.
Sin embargo el primer paso esta en adoptar un modo de vida mas sano, unos hábitos más naturales en todos los sentidos. Comenzando por una buena prevención, tenemos a nuestro alcance la mejor medicina. Dentro de nosotros, en nuestros ritmos y en nuestra forma de ver y asimilar las cosas.
“Huye de la comodidad como de la peste” Proverbio Árabe.

2 comentarios:

Borja Santos Porras dijo...

¡Hola Carlos!
Estoy muy de acuerdo con toda la filosofía que desprende el texto excepto con una frase: "En una sociedad agnóstica, y pobre de espíritu es normal que se sucedan los acontecimientos que nos anuncian los noticiarios".
Partiularmente me considero agnóstico, y aunque el agnosticismo se puede llevar de muchas maneras no lo considero contrario a las ideas expresadas. Para un agnóstico, el valor de verdad de ciertas afirmaciones -particularmente afirmaciones metafísicas con respecto a la teología, el más allá o la existencia de dios, dioses, deidades, o la realidad última- es incognoscible o, dependiendo de la forma del agnosticismo, imposible de adquirir su conocimiento debido a la naturaleza de la experiencia subjetiva. Ello no quiere decir, que no participe en las afirmaciones y en el modo de vida que se menciona en el texto.

Un abrazo enorme,
Borja

Carlos Armesto Alvarez dijo...

Hola Borja!
Que interesante este intercambio de opiniones. Cuando me he referido al agnosticismo o a la pobreza de espíritu en la sociedad. Me refiero, y en esto incluyo tambien a personas de practicas religiosas, a la superficialidad en que se vive, no llegando a dar un enfoque practico de la trascendencia humana. Ya no en lo metafisico, si no en la practica de una solidaridad; con el entorno por la cuenta que nos tiene y porque se lo debemos al reino natural. Con el resto de seres humanos... basta ya de guerras, violaciones de derechos a la vida... Y con nosotros mismos, que nos perdemos, derrotados por las comodidades, lo mejor de la vida. Que aún esta por descubrir.
Tambien cuando hago referencias en estos escritos son sobre grupos mayoritarios, no sobre personas puntuales.
En cualquier caso, puesto que yo mantengo unas convicciones religiosas, creo que para mi es tan difícil de entender el agnonticismo. Como para ti la fe hacia algo mistico-teologico.
Bueno, me encanta esto de defender posturas.
Ya volviste de Cuba?
Un abrazo.