domingo, 11 de octubre de 2009

Aproximándome a Dios. Tercera parte 3/3.

Ahora terminemos de aclarar la contradicción respecto del hombre. Como una creación más debería entrar dentro de ese perfecto equilibrio. Por otra parte vemos como en su búsqueda de la comodidad ha desvirtuado sus capacidades, lo que ha producido una ligera desconexión del entorno que le rodea. Poco a poco, y también dependido del entorno inmediato de la persona y su educación esa comodidad lo lleva a una perdida de visión en conjunto. Limitándose a sí mismo. Y dando lugar al deseo como satisfacción de un sentimiento propio y único, y la aparición del egoísmo. A partir de ahí lo demás es historia.

Sin embargo en esa historia contemplamos distintos hechos de naturalidad muy dispar. Por un lado parece como si la creación nos enviase ciertos avatares, algunos de mayor renombre que otros, para indicar a la humanidad ese camino perdido. Y volver así a conectar con todo aquello que nos rodea siendo parte una vez mas de ese perfecto equilibrio. A lo que, desde mi perspectiva, las religiones, todas basadas en algunos de estos Avatares como lo son Jesucristo, Buda, Mahoma, juegan un papel bastante polémico. En ningún momento me atreveré a decir, ya que tampoco lo pienso así, que sus intenciones sean malas. Sin embargo no creo que sea la formula. Al menos en general. Desde luego que habrá personas que hayan logrado un desarrollo espiritual gracias a la practica de una religión concreta. Pero desde mi perspectiva creo que limitan a la persona. La orientan, si, pero también la limitan, ya que en muchos casos el desarrollo espiritual, así como la vivencia de Dios, pasa a ser algo ajeno a uno, simplemente con hacer tal y cual acto, y tal y cual rito estamos más cerca de Dios. Sin embargo no se llega a la vivencia. Y aproximarse a Dios es una vivencia íntima, de uno mismo. De descubrir nuestro potencial, de desterrar nuestra sensibilidad y nuestra intuición, y vivir con un gozo mayor todo cuanto nos rodea. Sí, ¿Pero como? Bueno hemos visto un poco por encima como el egoismo lleva al hombre a la desconexión de su entorno. Y lo dejamos en que a partir de ahí es historia. Pero es una historia vacía, ya que cualquier logro alcanzado en un afán egoísta no llena. No mueve el ánimo, más que para pensar que ese logro fue un error, o fue un logro menor, y lo que realmente queremos es… y repetir y repetir y repetir, sin llegar a sentir nunca una plenitud.

Mientras que por el contrario, si nos damos a los demás, la plenitud esta ahí, permanentemente. Como dijo Baden Powell, “La verdadera felicidad esta en hacer felices a los demás”. Y de ese modo nos aproximaremos a Dios. Sentiremos a Dios, sabremos que es Dios, y quien sabe si no se disiparan todas las dudas.

Alguien dijo… siento no poder citar a la fuente; “Dios es yo, pero yo no soy Dios”. Tenemos el potencial, solo hay que vivirlo, tenemos los guías, ahora hay que sentirlo. Sentirlo, lo que nos rodea, buscar la sonrisa, esa felicidad en los demás, hacernos siervos de quienes nos acompañan, y viviremos plenamente. Con el alma tranquila.

Aproximándome a Dios. Segunda parte.2/3.

Bien, ahí creo que influye en gran medida el desarrollo mental. Recuerdo de pequeño cuando me hablaban de la capacidad que tenían los animales para prever algún cambio, intuir una situación de riesgo, añadían siempre que el hombre había perdido todos esos instintos. Pero no es así. No los hemos perdido, los hemos enterrado en el fondo de nuestra mente. Realmente somos más perfectos que cualquier cosa que el propio hombre llegue a crear nunca. Y así lo van descubriendo quienes estudian cualquier parte del ser humano. Un simple documental de medicina, para aquellos que no somos conocedores del tema, nos deja boquiabiertos. Ver la capacidad de procesos químicos, biológicos, mecánicos, eléctricos, etc que suceden a cada instante en nuestro interior, y que por lo general están perfectamente coordinados, es cuando menos asombroso, por no decir milagroso.
Pero como decía, somos victimas de nuestro desarrollo mental. Supongamos, porque todo esto es un suponer que puede estar más o menos cerca de la realidad, pero como comencé diciendo, no deja de ser parte de un pasatiempo el pensar y desentrañar el lugar que ocupamos y donde estamos…. Entonces supongamos que al tomar consciencia por primera vez, aquel primer hombre, o mujer, y es que alguien tuvo que ser el primero. Se dio cuenta de que… soy inteligente! Efectivamente, sí, así somos, y que le vamos a hacer, aceptarlo y vivir en consecuencia. Con lo cual, al igual que pasa hoy en día, realmente lo que hoy vivimos empezó en aquel instante. El hombre comenzó a desarrollar sistemas que le hacían la vida más cómoda. Empezando por agruparse para defenderse de sus predadores. A idear mecanismo que facilitasen el trabajo… todo en busca de su comodidad. Hasta que de pronto, fue nuestra mente la que también se hizo cómoda. Y se limito a aquello a lo que se la acostumbraba. Desarrollar un tipo de inteligencia en contra de ir atrofiando gran parte de su sensibilidad. De manera que aquel acontecimiento marco en gran medida la relación del hombre con Dios y su espiritualidad.
Otro hecho significativo ha sido la cantidad de atributos que se han achacado a la figura de Yavé. De manera que casi se ha creado una falsa expectativa en torno a él, dando lugar a diversos desengaños por parte de muchos hombres. Creo que tal como lo planteaban los hebreos estaba bastante bien enfocado. Digamos que Dios tan solo es una fuerza de creación, que no es poco, una especie de magnetismo, de ordenación que hace que todo funcione como funciona no por casualidad. Si no porque algo, él, así lo ha establecido.

Aproximándome a Dios. Primera parte 1/3.

Supongo que no seré el primer valiente en dedicar parte de mi tiempo a tales reflexiones. Si no que antes o después este tipo de pasatiempos son de obligada necesidad, tanto para los que nos tenemos por “creyentes”, sea la fe que sea, como para los que se tienen por “ateos”, sea el nivel que sea.

Parten mis reflexiones de una raíz. Un curioso dato al que llegue a través de la Kinesiologia. Algo que puede no tener nada que ver con la espiritualidad, y menos aún con la religión, pero que tiene que ver mucho con el ser humano y cuanto que de el desconocemos. Lo que a mi parecer hace que inmediatamente esté codo a codo con la espiritualidad, y la religión.

Resulta que en Hebreo la palabra que denomina a Yavé , es interpretada sencillamente como una fuerza de creación. Algo que crea. Sin embargo la palabra que denomina a Yeshua solo difiere de la de Dios por una letra intercalada en medio de la palabra. Consciencia. La letra intercalada significa consciencia. Lo que nos dice que Yeshua es una fuerza con consciencia, con un sentido concreto, dejando a Yavé como una fuerza sin consciencia, concretando más, Yavé sería una fuerza de creación en bruto. Sin medida. Por lo que enseguida podríamos deducir que Dios es responsable de todo lo creado, tanto lo bueno como lo malo. Sí, pueda ser así.

Tras analizar un poco el funcionamiento del mundo, el ecosistema de la naturaleza, la evolución de nuestro planeta, el momento en que el hombre apareció en la tierra… no hay más que una perfecta armonía. Un perfecto equilibrio entre los desastres naturales y sus consecuencias. Y esto me lleva de inmediato a pensar que lo que realmente podemos juzgar como malo, si acaso nos podemos permitir esa postura de jueces, son sin lugar a dudas acciones desarrolladas por el hombre. Como si todo lo creado entrase dentro de ese perfecto equilibrio, salvo el ser humano. Entonces… ¿Como es posible tal contradicción?