DGT

Antes de empezar a trabajar en el Blog, se me ocurrió hablar en un artículo sobre el tráfico en España. Sobre la relación tan violencia que hay entre conductores y carreteras, y las respuestas que nuestros guardianes gobernantes nos dan.
Cuando ya el Blog tenía forma, descarte dicho tema por si alguien hacia alguna asociación de ideas y veía en ello cierto trasfondo político. Y como no me gusta la política ni quiero que me identifique nadie con ninguna ideología resistí al artículo. Por un tiempo al menos que lo conseguí, pero no mucho.
Hoy veía en el telediario, como denunciaban a varios conductores por usar el teléfono móvil, al tiempo que nos indicaban de cuantas muertes son culpables dichos conductores por el uso del aparato… asesinos!!! Ja!!!
Si al final me decidí a lanzar el artículo fue; primero por haber conocido recientemente las carreteras de otro país más. Y segundo por la persecución que hay en este país hacia los conductores.
Desde hace 7 años que trabajo en la carretera. No directamente, pero al cabo del año recorro entre 60.000km y 90.000km. Y sí, conduzco rápido. Pero creo que salvo el límite de velocidad no me salto ninguna otra norma, al menos de manera habitual. En estos años he ido moderando mi velocidad adaptándolas a las distintas penas que había en los excesos que rebasaba. Pero aún con el sistema de puntos me resisto a ir a 120. Hace poco leí que Michael Schumacher defendía la no limitación de velocidad en Alemania argumentando que así la gente conduce más concentrada y hay menos despistes. Estoy totalmente de acuerdo con él.
En cualquier caso mi situación ante la DGT es que me siento defraudado, robado, timado y muy engañado, además me ponen como el malo, el culpable, el asesino. A mí y a todos los conductores.
El primer detalle que me asombra en comparación con carreteras internacionales, es que aquí las carreteras están alzadas, todas. Esto tiene dos grandes problemas: Primero la carretera queda al descubierto, en invierno al estar más desprotegida se hiela antes, y así pasan los problemas que tenemos en España de hielo en carreteras que no los tienen en el norte de Europa, donde las temperaturas son más bajas. Segundo y más grave; prácticamente cualquiera que se salga del asfalto en una carretera Española lo primero que va a hacer es volcar. Luego Dios dirá. En otros países si te sales simplemente sigues andando por otro terreno, pero no vuelcas. En el último país que he conducido fuera de España, casi el 99% de los km que he recorrido han sido por autopista de 3 y 4 carriles, con 1m más de ancho por carril, y no he pagado nada por usar las carreteras. No he visto un radar salvo en puntos necesarios, y muy bien señalados, tanto el radar como su campo de acción.
Tampoco puedo aceptar de tráfico una excusa económica. Pagamos mucho dinero. En principio un 12% del neto del vehículo adquirido en concepto de impuesto de matriculación. Algo que no paga ningún otro país de la UE. He conocido maneras de controlar la velocidad en carretera mucho más eficaces que los radares. No voy a dar ideas, aunque tampoco revelaría nada que la DGT no sepa. Solo que no recaudarían tanto dinero si realmente quisieran que la gente dejara de correr.
Como conductor no veo nada en la DGT que me haga pensar que cuidan por nuestra seguridad. Según un informe de la comunidad europea tenemos una de las peores redes de carreteras que hay en Europa.
Y si alguien lo niega que me explique antes porque sigue habiendo guillotinas en las carreteras. Pero mejor, no toquemos las motos.