lunes, 29 de noviembre de 2010

Meditación


Cuando el agua de un lago está agitada, todos los sedimentos del fondo se levantan, el agua se vuelve turbia y no se ve en profundidad.

Si el lago está en calma, los sedimentos se precipitan al fondo dejando el agua pura y clara, y llegando a ver en profundidad como es la verdadera realidad del fondo del lago.

Así es en la mente, si está en calma se vuelve pura, y se puede ver con absoluta claridad llegando a conocer la verdadera realidad.

sábado, 20 de noviembre de 2010

La enseñanza más valiosa.

Ya estaba listo. Habían pasado más de veinte años desde que mi Maestro me tomo por discípulo. Desde entonces he atendido junto a él a infinidad de pacientes, y he aprendido a reconocer como era la salud de aquellos por medio de diferentes síntomas; según sus movimientos, el color de la tez, la lengua, la articulación de sus palabras, sus olores, el pulso…
Y de pronto, el Maestro me plantea un cambio. Ya estoy listo y puedo emprender el vuelo, me dijo. Pero antes de partir debo contestarle una última pregunta. ¿Por qué jamás, estudie todo lo que estudie, aprenda todo lo que aprenda, porqué nunca seré capaz de sanar a nadie?
La pregunta en sí ya me dejo frío. Mi Maestro no suele usar términos como jamás o nunca. Y de pronto en una misma frase hace tanto hincapié en un concepto del que no suele ser muy amigo. Por otra parte me vi tan desconcertado que le solicite unos días de retiro para buscar la respuesta. Me los concedió y partí.
Me fui a un rincón del bosque. Uno de esos lugares junto a un río que tanto me han gustado siempre, donde puedo pensar en la tranquilidad de la naturaleza.
Pasaron varios días. No abrí ni un solo libro, ni hable con persona alguna, sabía que esa respuesta ya la tenía y solo debía encontrarla dentro de mí. Al cabo de este tiempo regrese.
-Maestro. Creo saber la respuesta.- Le comente.
- (Contesto, como muchas veces con un solemne silencio y una invitación con la mirada para que me animase a responder)
- Así que comencé a contarle las conclusiones a las que llegue tras varios días de meditación y reflexiones:
Bien, tal y como se ve en el momento que me llega dicha pregunta, como ultima parte de mi formación debe tratar ciertos asuntos de una importancia reveladora. Pero lo primero que me ha desencajado, que en estos años de aprendizaje y prácticas, muchos de los pacientes con los que he trabajado, han evolucionado muy favorablemente. Llegando en casos a recobrar una plena salud. Sin embargo en dicha pregunta no solo se ignora este detalle, si no que se niegan ciertas capacidades adquiridas.
Supongo que en un lenguaje coloquial, bien puedo decir que efectivamente ya he curado o sanado a multitud de pacientes. Entonces bien, a partir de ahí veo que debo hacer una distinción entre el lenguaje coloquial como forma de hablar y el lenguaje interior, en el cual si que debo reconocer que en ningún momento he sanado ni sanare a nadie. Y debo comprender e interiorizar dicha afirmación de manera categórica. (De ahí el uso de las palabras jamás y nunca que empleo el Maestro en la pregunta).
Si pensara en lo contrario. En que en mi reside el poder de sanar, o que yo tengo un don, o que por los conocimientos adquiridos dispongo de una posición como para sanar. Es indudable que caería en un grave error, ya que perdería la perspectiva de la realidad, perdiendo el centro de referencia, anteponiendo mi propio ego, como centro. Despertaría a un plano egocéntrico de la vida. Y eso me apartaría de la verdadera realidad. Comprendo entonces que el centro es algo infinitamente superior a mí. Es un campo que no puedo abarcar en su totalidad, pero en el que estoy inmiscuido. Y por lo tanto debo permanecer humilde. Esa es la primera gran enseñanza. La humildad.
Una vez comprendido esto, veo que el Ego es una trampa que nos mantiene sujetos a un mundo material. Sin embargo, el mundo real está por encima de ese mundo material, es el tejido que sustenta la forma. Pero que no tiene forma, ni tiempo. No se puede medir ni cuantificar. Sin embargo sí que hay una evidencia que se manifiesta como información o función. Es como si dijéramos que las personas no somos lo que definen nuestras formas, si no lo que dicen nuestras acciones. Por lo tanto, en este caso, mis actos van encaminados a la sanación. Por lo que debo dedicar todos mis actos al propósito de esa fuerza suprema que ocupa por derecho propio esa posición de centro. Y entender que lo único que está en mi mano es hacer o no, lo que debo hacer. Independientemente del resultado. Y que este, no es una consecuencia directa de mis actos, si no un cúmulo de circunstancias que están todas ellas por encima de mí, y lo único que yo he hecho, ha sido siempre una pequeña contribución.
De todo esto me quedan dos valiosas lecciones: La primera como ya dije es la humildad. Y la segunda es no dejar que el Ego me dirija.
Cuando terminé con mis explicaciones respondió:
- Demasiadas palabras. Cuando logres mayor conocimiento serás capaz de sintetizar más tus ideas.
En cuanto al mensaje de tu respuesta. Estás en lo cierto. Ahora comprendes. Pero no debes limitar esta comprensión a tu conocimiento intelectual. Si no que debes interiorizarla de manera que forme parte de ti.
Ahora estás listo. Mañana emprenderás tu camino.

viernes, 29 de octubre de 2010

Realidad o Ficción

¿Cómo sabemos si el mundo en que vivimos es real, o simplemente es un mundo creado por nuestra mente, en función de nuestros deseos, apegos, aversiones e indiferencias?
El primer paso que debemos dar, es el reconocimiento de que tal cosa sucede. Es decir, admitir que no siempre vivimos en un mundo real, ni nos comportamos según los patrones que las circunstancias reales requieren. Comprender o distinguir esta diferencia nos llevaría a una práctica de autoconocimiento y evolución de la conciencia, hasta llegar a identificar lo real, de lo creado por nuestra mente. Pero si somos conscientes de que podemos llegar a comportarnos según patrones creados por nuestra propia mente, en función de mecanismos rutinarios, de mecanismos auto protectores, o bien por el influjo del deseo y la aversión. Tenemos ya un paso dado para que en la hora de analizar la situación, podamos comprenderla desde un abanico más amplio de posibilidades.
Imaginemos que nos vamos a duchar. Por lo general siempre seguimos un patrón rutinario desde que entramos hasta que salimos de la ducha. El champú tiene su sitio. Igual que el gel el suyo. Son fijos e inamovibles. Sin embargo alguien se ha duchado antes que nosotros y ha terminado uno de los botes de jabón, y lo ha sustituido por otro de otra marca y modelo, pero que inmediatamente hemos identificado como el nuevo producto para nuestro aseo. Y para concretar los detalles, tampoco está en el sitio exacto que le correspondería. Bien, nosotros hemos comenzado el proceso de la ducha, hemos visto el cambio que ha habido, y hemos continuado con nuestro proceso. En el momento que necesitamos ese producto, mecánicamente ( que no instintivamente), vamos a buscarlo en el lugar de siempre. Alargamos el brazo, vemos que no está y entonces rectificamos volviendo a la realidad.
Lo importante del ejemplo no son los detalles en sí, sino la experiencia. Ya que es algo que de una u otra manera a todos nos ha pasado. Y es un detalle sencillo que nos revela varias cosas. Por una parte, hemos concretado que sí que hemos visto el cambio producido en el baño, incluso con detalle hemos dado por hecho que la mente ha registrado el cambio. Sin embargo al actuar de un modo mecánico, en el que la concentración o conciencia está más relajada, nuestra mente nos ha impulsado a actuar del mismo modo que siempre. En un caso como este no es más que por mera comodidad. Y como es un ejercicio sencillo, inmediatamente ha visto el fallo rectificando y tomando conciencia de la realidad para actuar de nuevo acorde a esta.
Sin embargo en muchos procesos de la vida, y en muchos momentos del día, nuestra mente rechaza la realidad y la condiciona a nuestro gusto, necesidad o apetencia. Por muchos factores distintos y de muchas formas muy sutiles. A veces nos damos cuenta de los errores, y como en el ejercicio volvemos atrás y actuamos de otro modo. Sin embargo en muchos otros casos, nos empeñamos una y otra vez, limitando nuestra vista a nada más que una única posibilidad, y esta posibilidad es una ilusión creada por nuestra mente. Lo que nos mantiene encerrados en un círculo de error tras error.
Seguramente si analizamos las situaciones en las que nos hemos visto atrapados en una cadena de acontecimientos nada compensatorios, podemos ver que nuestra forma de plantear las situaciones era un tanto “personalizada”. Por lo tanto, cuando veamos que nuestro caminar, una y otra vez nos lleva a un mismo punto de confrontación. Lo mejor es que volvamos al origen, al principio, nos despojemos de nuestros condicionantes, analicemos la situación con la máxima ecuanimidad y emprendamos de nuevo el camino. Seguro que esta vez nos lleva al éxito.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Como fichas de Ajedrez

Demos vida al ajedrez. Hagamos de esos peones, libres soldados de infantería. A cada una de las figuras, verdaderos cuerpos de élite con distintas especialidades. La Reina, esa gran conocedora de todos los secretos, de todas las artes, seductora hasta el punto de llegar a los rincones más inalcanzables. Y el Rey, que igualando aquellos míticos emperadores, era el emisario del designio divino en la tierra.
Demos vida al ajedrez. Pero ahora, en vez de fieles muñequitos, otorguemos además el libre albedrío a cada uno de ellos. Nunca dejará de haber una fuerza, una inteligencia superior que no está representada sobre el tablero. Una mente conocedora de la situación de cada una de las figuras, de sus problemas, de sus potenciales. Pero increíblemente compasiva y amorosa como para regalarles el libre albedrío.
Las figuras, todas ellas, al identificar la consciencia de la vida, y sorprenderse con semejante regalo, intuyen que algo hay que tiende a mantenerlos unidos, que entre todos los personajes puedan formar un ejército sincrónico. El Rey, más capacitado en su conexión con esa mente superior, les instruye y les gobierna de forma sabia. Sin embargo cada uno de ellos es libre.
La partida ha empezado. Lo hizo hace mucho. Ahora hay que recobrar la consciencia, recordar, tomar de nuevo la posición.

martes, 31 de agosto de 2010

Alí Ibn Sina, Avicena.

Príncipe de los médicos, filosofo, científico y sabio Persa.

Bujará, Gran Jorasán 980- Hamadán 1037.

¡Hermanos de la verdad!. Comunicad vuestro secreto, reuníos y que cada uno ante su hermano levante el velo que oculta el fondo de su corazón para que cada cual ilustre al otro y así podáis realizar, unos por otros, vuestra perfección.

¡Hermanos de la verdad! Retraeos como el erizo retrae [sus púas] mostrando en la soledad el ser secreto y ocultando el ser aparente. ¡Lo juro por Dios! A vuestro ser oculto le corresponde mostrarse y conviene que desaparezca el ser aparente.

¡Hermanos de la verdad! Dejad vuestra piel como la serpiente suelta su camisa. Marchad como camina la hormiga sin que nadie sienta el ruido de sus pasos. Imitad al alacrán, que lleva
el aguijón en la punta de su cola, pues por detrás es por donde Satanás intenta sorprender al hombre. Tomad veneno para manteneros vivos. Amad la muerte para guardar la vida. Permaneced en vela permanente, sin buscar un cobijo concreto, pues en el nido es donde más y mejor se captura a los pájaros. Si carecéis de alas, robadlas. Si es necesario, procuraos las alas con astucia, que el mejor avizor es quien tiene fuerza para emprender el vuelo. Sed como el avestruz, que engulle guijarros calientes; como los buitres, que se tragan los huesos más duros; como la salamandra, que no teme al fuego; como el murciélago, que jamás sale de día; pues sí: el murciélago resulta ser el más listo de los pájaros.

¡Hermanos de la verdad! El más valiente es el que se atreve a afrontar el mañana; el más cobarde, el que siempre anda atrasado en su perfección.

¡Hermanos de la verdad! No hay que asombrarse de que el Ángel huya del mal y que, al contrario, la Bestia cometa maldades, pues el Ángel no posee órgano alguno de corrupción, mientras que la Bestia carece de cualquier órgano de entendimiento. No; lo asombroso es lo que le sucede al hombre dotado de poder contra sus malos deseos: se deja dominar por ellos teniendo dentro de sí la luz de la inteligencia. En verdad, se transforma en algo semejante al Ángel aquel que aguanta a pie firme el asalto de los deseos perversos. Por el contrario, quien carece de fuerza para resistir las tentaciones de los malos deseos, termina al nivel de las bestias.

lunes, 9 de agosto de 2010

CERVEZA

TANIS, El regalo de la Tierra y el Cielo.

Se sabe que hace muchos años, el cuidado de la tierra y el conocimiento de las plantas era atesorado por las mujeres. Mientras los hombres dejaban las tribus en busca de caza. Las mujeres eran las encargadas del cuidado de la labranza. Para ello estudiaban los ciclos de la naturaleza, conocían los momentos de mayor fecundidad de la tierra, cuando llegaban las lluvias, las épocas de celo de los animales que poco a poco domesticaban, así como el cuidado y las primeras lecciones que aprendían las nuevas generaciones de la tribu.
Cuentan que tras una recogida de grano, Tanis, Xaman de la tribu hizo uno de los mayores descubrimientos en la historia de la humanidad. Tras unos días de lluvia antes del final del verano, observo como algo extraño estaba ocurriendo en los charcos formados alrededor de los montones del cereal recogido. Estudió con detenimiento cada uno de los charcos viendo que ninguno era igual, mantenían cierto parecido, puesto que todos estaban sujetos a los mismos procesos, pero su evolución señalaba ciertas diferencias.
Ocurrió que al caer la lluvia sobre el cereal, esta arrastro hasta el suelo las harinas, cascarillas y granos partidos, manteniéndose durante algunos días en continuo contacto con el agua de las precipitaciones. Pasado un tiempo, en las zonas donde la proporción de agua era mayor que la de grano, el resultado visible era bien distinto que en aquellas donde el agua estaba en menor medida que el grano.
Cuando Tanis observo esto, pensó que el cereal era el símbolo de la tierra, pues nacía de sus mismas entrañas, y al igual que esta era algo solido, material. Y el agua era el símbolo del cielo, pues tenía la capacidad de moverse y adaptarse a cualquier situación. La veían en estado sólido en los hielos del invierno, líquida en el curso de los ríos, y del cielo les llegaba con su mayor pureza. Asumió que el hombre en su correcta evolución debía mantener esas mismas cualidades. Era hijo de la tierra, sin ninguna duda, pero a medida que crecía en conocimiento y espíritu desarrollaba también cualidades más celestes, se convertía en un ser capaz de adaptarse a todas las circunstancias y situaciones saliendo airoso de las mayores dificultades. Y sobre todo, podía volar libre, sin estar atado a nada. Con lo que pensó, que aquella unión del cielo y la tierra, del agua y el cereal, podría ser un regalo para toda la humanidad. Y decidió estudiar con mayor dedicación este proceso. Comenzó entonces a juntar agua y cereal en distintas proporciones, y dejarlas varios días expuestas al aire. De modo que vio como aquellas mezclas tomaban vida, y así al resultado líquido de la mezcla, que se podía tomar como bebida lo llamo cerevisia, Fuerza de la tierra. Y aquel que se formaba como una masa densa, esponjosa, lo llamó panis.
Esta es una de las posibles explicaciones de cómo surgieron dos de los alimentos más extendidos y consumidos por todos los rincones del planeta, y que constituyen la base alimenticia del ser humano.

TANIS, fruto de la artesanía en el siglo XXI

¿Que es lo que hay detrás de la Cerveza para que se haya convertido en una de las bebidas más populares de todo el mundo? La fuerza de la tierra, sin duda. Lo que más me ha sorprendido fue descubrir el potencial del grano. Ver como conjugándolo con las distintas temperaturas del agua, se extrae diferentes notas de este. Hace un año mas o menos, antes de mi introducción al mundo de la elaboración, coincidí en un extraño lugar con un joven escocés. Mientras hablábamos de todo le recordé lo mucho que me gustaron las cervezas de su tierra. Y en ese momento el se llenó de pasión. Recuerdo como en su critica, su juicio sobre nuestras cervezas coincidió con lo que he aprendido recientemente. Y al la hora de hablar de la cerveza escocesa, había más que admiración en sus palabras. Y por primera vez escuche el merito que tenía llegar al fondo del grano, y sacar todo su potencial, toda su esencia.
Y sí, esa es la fuerza de la tierra. Porque no dejamos de hablar de un grano, un grano de cereal que bien puede ser cebada, trigo, maíz… Pero en cualquier caso, cereal. Y sin embargo se pueden, dependiendo del grado de malteo, de tueste, de la temperatura/tiempo de maceración, rescatar toques afrutados, toques de regaliz, caramelo… un solo grano contiene el potencial de toda la tierra. Y este es un proceso que ha de notarse en una buena cerveza, que efectivamente se ha trabajado ese potencial, y que ahora está presente en esa bebida.
El agua, es el elemento mágico, alquímico, es como la pantalla de cine que va a recoger toda la información de los ingredientes, y los sostiene. Como el porteador que lleva toda la capacidad alimenticia, aromática, gaseosa, etc que hay en la bebida. Con los mismos ingredientes gracias solamente al agua, podemos hacer cervezas muy diferentes, por la temperatura en que trabajemos con esta, hasta el tipo de agua que dispongamos. El agua, como elemento básico de nuestra estructura es el mejor componente para vehiculizar toda esa fuerza de la tierra de manera que nosotros podamos sacarla todo el rendimiento.
El lúpulo, ese gran desconocido, enriquece la bebida con sus infinitas cualidades, la más apreciable es el balance de sabor y aroma, entre el dulzor de la malta y el amargor de este. Sin embargo potencia o facilita la acción de las levaduras, protege la cerveza como elemento antibiótico que es. También posee propiedades relajantes, estimula el apetito…
La levadura, o mejor dicho, Las Levaduras… que son cientos de miles las que realmente hacen la cerveza. Ya que sin ellas no tendríamos más que un mosto, en lugar de esa bebida suavemente espiritosa, con su carbonatación y su corona blanca, o dorada…. Esos pequeños microorganismos unicelulares son los que alimentándose de los azucares propios de la malta, provocan la fermentación. Dejándonos a mayores un gran aporte energético, vitamínico, ayudan a regular sistemas de nuestro organismo, a participar en procesos de drenaje…
En resumen, vemos que los cuatro ingredientes básicos para la elaboración de Cerveza; Malta, Agua, Lúpulo y Levadura, son de manera independiente todo un regalo para nuestro organismo. Y además cuando se conjugan con maestría se convierten en todo un placer, en una bebida que puede estar acompañando a la humanidad casi desde sus orígenes. Y que si recuperamos en su elaboración su valor alimenticio, aparte de tener una cerveza más deliciosa, estaremos disfrutando de un regalo del cielo y de la tierra. Pero para ello no podemos conformarnos con cualquiera. Hemos de ir en busca de la Artesanía.

viernes, 21 de mayo de 2010

TRANSMUTAR. 2 de 2.

El retorno.
- Y entonces Maestro, cuando surge una persona que ha perdido la memoria de lo que fue. ¿Como puede encontrar de nuevo el camino. Sentir la grandeza de Dios mientras permanece en el olvido del cuerpo físico?
- En la dimensión del espíritu no hay necesidad de pareja, ni de procreación. Estamos en el reino divino y todo se crea de forma constante, continua según la necesidad. En cada instante surge un nuevo espíritu para cumplir una función. Es como si cada espíritu fuera un idea, una mano de Dios, y este tuviera infinitas de ellas, sin embargo te recuerdo que no hay formas.
Cuando el hombre se “ató” la creación le dio el sexo para diferenciarse unos de otros y que entre ellos pudieran crear algo divino. Esto tiene un gran sentido. Es como si a través del acto del amor, recuperasen por un momento esa virtud de emisarios de Dios. En principio tenían que desnudarse ante otro semejante del sexo opuesto, y no me refiero a lo físico, si no que tenían que abrirse, descubrirse, darse a conocer para lograr ser amados en toda su verdad. Y una vez conseguían esto podía decirse que ya había una pareja. Al menos con otra persona eran capaces de ser originales en el sentido de rescatar su esencia primera. Bien, ahora dentro de esa pareja, cada individuo tenía la capacidad de poder hacer algo como emisario de la creación. Se les conservo ese don para un acto sagrado. Tenían la capacidad de sublimar el acto y con ello acercarse a la vivencia creadora. O de consumarlo y dar origen a una nueva criatura. En cualquiera de los casos la misma creación siempre se guarda un as en la manga. Pero aún así les conservo ese don. De tal modo que en ellos está el lograr la complicidad con otro ser para llegar a una de las vivencias de la creación. Hay otros caminos para llegar la la vivencia del origen, como ya te dije, han venido muchos Maestros a lo largo del tiempo para recordar el camino perdido. Aunque la vivencia del amor, es casi sin ninguna duda la manera más directa.
- Y entonces, ¿Cuando pueden retornar al origen?
- A lo largo del camino tienen ocasión de vivir verdaderas experiencias místicas y espirituales. Pero lamentablemente para la gran mayoría solo hay una manera, y en estos momentos la viven como una tragedia, no se dan cuenta de la dicha que hay en esa transformación. La llama del espíritu, del alma, es incombustible. Sin embargo no la del cuerpo físico, al menos no lo es a la manera común dentro de las ataduras. Dentro de esos seres excepcionales hay quienes han logrado despertar, y transmutar su estado físico al estado divino. Pero lo general es que tengan que consumir su vida para provocar la subida al reino celeste. Esa es la transmutación común. Y como te digo, debido a sus ataduras y sus apegos al mundo, a los placeres y los lazos afectivos que desarrollan con otras personas, suelen ser acontecimientos llenos de pena y dolor. Cuando en realidad es un paso de liberación en el que vuelves al todo, al conocimiento supremo, a la fusión del universo, la gran rueda divina en la que todo acontece, sin tiempo ni espacio. Simplemente todo es, todo está.
Amen Abuela. Buen regreso al origen.

TRANSMUTAR. 1 DE 2.

Origen.

En el último día de la creación, Dios dijo, “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza;..” (Génesis1:26). Y así, de esta manera Él terminó Su trabajo con un “toque personal”. Dios formó al hombre del polvo y le dio vida de Su mismo aliento (Génesis 2:7). De acuerdo a esto, el hombre es el único, entre toda la creación de Dios, que tiene una parte material (cuerpo) y una inmaterial (alma / espíritu).
- Pero Maestro, no termino de ver esa semejanza. Muy pocas de las virtudes de Dios están reflejadas en el hombre. Incluso diría que esa parte inmaterial, ese espíritu, también se ha perdido.
- No lo verás mientras contemples al hombre como el ser que ahora es. Tienes que mirarlo en toda su realidad. Desde el instante de su creación hasta el momento actual. Es un ser con un potencial inabarcable que está en constante evolución, y por lo tanto tiene momentos brillantes y otros más oscuros.
Aquel hombre original tenía la capacidad de desmaterializarse. En sí mismo el ser, el hombre, no era más que una concentración de energía, de tal modo que podía hacerse materia en la forma concreta que hoy conocemos y vemos a diario en cualquier persona, o bien podía desmaterializarse y moverse por el universo como un espíritu, y lo que eso supone, si no hay nada que ocupe un lugar, un espacio, tampoco ocupa un tiempo. Sí, esos primeros seres eran excepcionales, auténticos emisarios de Dios con la capacidad de fundirse con él en toda su grandeza. En los reinos del espíritu no hay espacio-tiempo, sino que todo es en un mismo instante y solo depende de tu propia opción estar donde y cuando quieras. Al desmaterializarse y vivir únicamente la expresión del espíritu se perdía la identidad y se volvía uno con el todo, era como reintegrarse en la fuente de la creación.
Mientras por otra parte, tenían la virtud de concretarse en este mundo que hoy pisamos y disfrutar de todos los placeres mundanos; las maravillosas vistas y paisajes que nos rodean, los aromas y sabores, las sensaciones térmicas y las músicas celestiales.
Con el tiempo surgieron dos variantes principales de aquellos hombres. Los que continuaron cumpliendo con su labor de emisarios divinos, permaneciendo en la tierra, disfrutando de ella, pero también volviendo a la fuente según fuera lo debido. Y los que se apegaron más y más a los placeres mundanos, atrapándose a sí mismos en este mundo, y perdiendo con el tiempo la capacidad de volver, de desmaterializarse. Dentro de esta clasificación también hay diferencias; Algunos de los hombres han perdido por completo la memoria de lo que fueron, y viven totalmente apegados a los placeres mundanos, casi desvinculados de todo lo que es el origen, la creación y nuestro creador. Es por ello que cada cierto tiempo aparecen hombres, a los que tienen por excepcionales, personas que destacan sobre el resto, y que aún mantienen una fuerte conexión con el origen. Y son enviados con la intención de hacer recordar lo que fue. Estos hombres conocen con bastante detalle los reinos del alma, las estancias divinas. Saben de su organización y de aquellos emisarios originarios más conocidos como Ángeles.

domingo, 28 de marzo de 2010

INVICTUS, El milagro Madiba.


En la noche que me envuelve,
Negra como un pozo insondable,
doy gracias al Dios que fuere
por un Alma inconquistable.

En las garras de las circustancias
no he gemido ni llorado,
ante las puñaladas del azar.
Si bien, he sangrado,
jamás me he postrado.

Más alla de este lugar de ira y llantos
acecha la oscuridad con su horror,
no obstante la amenaza de los años me halla,
y me hallara sin temor.

Ya no importa cuan recto halla sido el camino,
ni cuantos castigos lleve a la espalda.
Soy el amo de mi destino,
Soy el capitán de mi alma.



William Ernest Henley.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Y... DÍME, ¿TÚ, PORQUÉ HACES ORACIÓN?

Bien bueno, no se, es sin duda un tiempo de agradecimiento y humildad, en lo referente a la parte humana, y de transcendencia hacia la parte divina que tenemos, un momento de conexión con lo ilimitado del universo.
Es decir, simplemente pensando la cantidad de cosas que suceden a lo largo del día, y en todo el mundo... ¿No es sino de agradecer que vivamos cada día? Y viendo además las pocas cosas que están en nuestra mano relacionadas con nuestra supervivencia, y comparándolas con todo lo que nos llega sin que podamos hacer nada... ¿ No nos revela acaso una actitud de humildad?
Y esto en cuanto al día a día de cada uno de nosotros, sin embargo si entramos un poco en la dimensión de la creación, del universo, todo cambia y se amplia radicalmente. Sabemos de la cantidad de miles de millones de años que tiene el universo, un pasado sin duda muy lejano. Y todo nos indica que el futuro de este es también inabarcable para nuestra mente, para como tenemos asimilado la noción del tiempo, tal cantidad de años nos resultan inconmensurable, infinitos. Mas aún cuando en nuestra mente también se ha instalado el concepto de mortalidad, como un límite de nuestras vidas, ese límite hace que nuestra existencia, que nuestro paso por el planeta no sea más que un breve destello de luz, que un casi imperceptible chispazo en comparación con la eterna luz que desprende el universo. Lo que crea como una disociación entre nosotros y la creación. Rompen la armonía. Puesto que si somos una pequeña e ínfima parte del universo, pero universo al fin y al cabo, tenemos también establecido en nuestro ser esa posibilidad de infinito. Quizá no la hayamos descubierto aún, o no la lleguemos a creer firmemente aunque otros lo hayan logrado antes que nosotros. Sin embargo a través de la oración se puede rescatar esa esencia de infinito, esa transcendencia hacia lo ilimitado que nos ha creado, ese salto que nos revela claramente nuestras posibilidades de evolución. Y se refuerzan al tiempo las dos cualidades con las que empezamos que deben estar presente en toda oración, la gratitud y la humildad. Ya que visto también de esta forma global, es aún más milagroso que permanezcamos con vida un día tras otro, en la manera que aquí tenemos concebida la vida. Y desde esa misma forma, la humildad, se convierte en algo intrínseco, inherente al ser humano.
Esta es una razón, pero sin duda que hay muchas más. Quizá esto sea un principio por el que comenzar a dedicar un tiempo de oración. Y a medida que avanzas, practicas y profundizas, descubres que al final has despertado una parte de ti que hasta entonces no conocías, y que como el resto de ti, también debe ser alimentado.

Seguiremos hablando.