Así es la vida, así son las cosas, así es el punto de vista revolucionario con que la física quántica se explica. Y sí, a pesar de tenerlo más difícil que nadie Kimi Rikkonene se convirtió ayer en el nuevo campeón del mundo. Lo consiguió por muchas razones; porque sus rivales libraban una guerra civil entre ellos, porque tenía un gran coche, porque es quizá el piloto más rápido subido a un monoplaza. Pero sobre todo porque nunca renuncio a ello. Porque a pesar de tenerlo casi imposible no se dio por vencido. Porque tenía muchas ganas de conquistar el título mundial. Y porque lo tenía claro, seguro que albergaba un halo de duda como todo el mundo, por aquello de que todo es posible y podía pasar cualquier cosa, solo que por esa misma ley que rige el universo, al ser todo posible también lo era que él ganase el campeonato, y su fé en ello quizá era la más clara de todas cuantas barajaban los protagonistas. Era el que menos tenía que perder y por ello el que más claro tenia ganar. Y ganó.
Y como decía en la rueda de prensa, “estoy muy muy feliz”. Y yo también, porque hace años que le sigo y le animo, que admiro su pilotaje, y su forma de ser. Profesional en cuanto al piloto, y libre en cuanto a su vida personal. Y sobre todo respetuoso como nadie en la F1. Jamás le he visto nada reprochable, ni en la pista, ni en los comentarios. A lo más alguna vez algún error de novato, algún ligero despiste, pero nunca nada que dañara a nadie. Por que es un tipo grande, y un genial piloto.
Enhorabuena y Felicidades Kimi Matias Raikkonen. Lo has merecido!!