Siddharta: Tú que vas donde nadie más se atreve a ir,
¿Serás mi dios?
Arquitecto, al fin te conozco.
No volverás a reconstruir tu casa en mí.
Ego: Pero yo soy tu casa y tu vives en mí.
Siddharta: Señor de mi propio ego, eres pura ilusión, tú no
existes.
La tierra es testigo de ello.