En
ese afán de apropiación propio de la humanidad, está esa idea sobre las
capacidades innatas que tenemos las personas. Y digo tenemos porque parto de la
idea que dice que toda persona tiene un “Don Innato”. No entro en sí dicha idea es o no correcta,
solamente que es la que elijo como punto de partida.
Algo
innato es algo con lo que se nace, y salvo excepciones, con lo que se muere.
Unos ojos azules evidentemente son una característica innata. Sin embargo, ser
un virtuoso de alguna materia, sea deportiva, artística, social, cultural… no
creo que sea algo Innato, inmanente, como lo es el nacer con ojos azules.
Comenzaba
hablando sobre apropiación porque empiezo a pensar que eso es lo que se ha
hecho en este caso. Lo que entendemos como “Don Innato”, creo que es algo que
nos prestan, algo con lo que nos bendicen desde arriba, pero que también lo
podemos perder, como así hay ejemplos claros en la historia de la humanidad.
Por
lo general cuando te dan algo, o te bendicen con algo, esta respaldado siempre
por un sentido. Si ese sentido se ha perdido, o se actúa en sentido contrario,
es fácil que eso que se tenía por un “Don Innato” desaparezca.
La
idea es sencilla, pero la trascendencia esta ligada con el ego de la persona, y
es desde luego mucho más relevante. Es decir, si una persona piensa que esa
cualidad que él posee, la posee porque es suya, y porque ha nacido con ella.
Puede hacer que su ego crezca demasiado, cayendo en un particularismo que le
puede desviar totalmente del sentido original, y que puede costarle todo. Sin
embargo, quien piense que esa virtud es un regalo, y actué en consecuencia,
apartando los logros de la idea del propio merito, se mantendrá virtuoso por
siempre.